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Finalmente sucedió, demoró su llegada, pero acá estamos, accidentados, desprolijos e improvisados ante todo.

¿Será la marca que nos distinga?

El tiempo nos dará su veredicto…

Comunicar es una tarea que requiere muchísima responsabilidad, supongo que la misma es parte de aquella sensación rara que te invade cuando la luz roja se enciende y tenes un micrófono enfrente tuyo. Nunca sabes quien puede estar escuchando del otro lado, y mucho menos del impacto que puede llegar a tener lo que uno dice. Es difícil imaginar la veracidad de un hecho sin la frase “lo escuche en la radio”, es por eso que decidimos encarar este proyecto no solo con la seriedad y profesionalidad que es menester sino también con la idea de plasmar nuestra creatividad y tratar de devolverle a la radio un poco del amor que ella nos dio.

Un muerto en el placard fue pensado con un único objetivo ENTRETENER usando como recurso la imaginación.

Fue un primer programa con un torbellino de sensaciones, indescriptibles pero reales y sucedieron todas en una hora, que duró mucho mas que sesenta minutos.

Este muerto està más vivo que nunca y solo regresa al placard hasta el próximo sábado…